Las joyas de la colección Foundrae, son más que joyería; son reliquias modernas, que permiten expresar al que las lleva algo de sí mismo al mundo. Y me parecen un regalo perfecto para San Valentín, un regalo especial de amigas y para regalar entre padres/madres e hij@s.
La tienda insignia de esta marca abrió en Manhattan, Nueva York, en marzo de 2018 y desde entonces cada una de sus piezas está cargada de energía y estilo para empoderar y compartir.
La colección se basa en un léxico de símbolos mitológicos y clásicos con la intención de inspirar al usuario a tomar la sabiduría transmitida de generación en generación y aplicarla a la propia vida. Es un recordatorio, a ti mismo y al mundo que todo lo que quieres y todo lo que quieres ser ya está dentro de ti, todo lo que tienes que hacer es reclamarlo.
Estan comprometidos la artesanía mientras protegemos los derechos humanos de todas las personas de su cadena de suministro. Además están hechas con oro 100% reciclado y metales preciosos refinados y sus diamantes siguen la iniciativa internacional de Kimberley, para poner fin al comercio de “diamantes de conflicto”, diamantes en bruto utilizados por los movimientos rebeldes para financiar guerras contra gobiernos legítimos. De origen ético. Todos los diamantes son diamantes G VS1.